Entre Caníbales

Vista de la exposición con obras de Noemí Pérez y María Buenaventura.

Nohemí Pérez. Panorama Catatumbo, 2012-16. Carboncillo y grafito sobre telas y libro de artista con acuarelas y textos.

Nohemí Pérez. Panorama Catatumbo, 2012-16. Libro de artista con acuarelas y textos.

Nohemí Pérez. Panorama Catatumbo, 2012-16. Libro de artista con acuarelas.

Nohemí Pérez. Panorama Catatumbo. Acuarelas.

Nohemí Pérez, Panorama Catatumbo y María Buenaventura, El territorio no está en venta.

María Buenaventura. El territorio no está en venta. 2011-2016. Papel con decretos de expropiación de la tierra de los campesinos de Usme y plantas.

María Buenaventura. El territorio no está en venta. 2011-2016. Papel con decretos de expropiación de la tierra de los campesinos de Usme y plantas.

Carolina Caycedo. Más allá del control. Registro del performance realizado durante la apertura de esta exposición, el sábado 16 de Abril, 2016.

Carolina Caycedo. Más allá del control. Registro del performance realizado durante la apertura de esta exposición, el sábado 16 de Abril, 2016.

Carolina Caycedo. Yuma, Elwha, Yaqui. Dibujos en libro acordeón.

Carolina Caycedo. Yuma se come a Bolivar. Impresión digital.

Carolina Caycedo. Un cuerpo de agua. Texto del performance Un Cuerpo de Agua.

Laura Huertas Millán. Aequador, Video.

Laura Huertas Millán. Viaje en Tierra Otrora Contada, Video.
Entre Caníbales
El crucero Lyubov Orlova, construido en Yugoslavia en 1976, lleva varios años vagando por los océanos con una tri- pulación de cientos de ratas que para sobrevivir se han ido comiendo unas a otras. Esta imagen de las ratas caníbales formando una colonia evoca las historias de ciencia ficción en la que comunidades aisladas generan sociedades indi- ferentes a la civilización o, por lo menos, a las leyes que normalizan a la civilización. Este estado anárquico puede ser entendido en la realidad a través del imaginario judeocristiano como la idea del infierno, debido a que las coordenadas que rigen estas comunidades poseen un orden propio natural difícil de descifrar para las mentes torturadas por años de adoctrinamiento.
Otra manera de interpretar la aterradora anécdota del barco maldito, es pensar en una sociedad en la que algunas de las ratas no son caníbales y se resisten como pueden a la violenta dominación de sus comadres.
Entre Caníbales es una exposición que reúne obras de Carolina Caycedo, Noemí Pérez, Laura Huertas y María Buenaventura que comparten un interés en examinar las herramientas, consecuencias y catástrofes de procesos de colonización sobre comunidades humanas, la naturaleza y el alimento.
El crucero Lyubov Orlova, construido en Yugoslavia en 1976, lleva varios años vagando por los océanos con una tri- pulación de cientos de ratas que para sobrevivir se han ido comiendo unas a otras. Esta imagen de las ratas caníbales formando una colonia evoca las historias de ciencia ficción en la que comunidades aisladas generan sociedades indi- ferentes a la civilización o, por lo menos, a las leyes que normalizan a la civilización. Este estado anárquico puede ser entendido en la realidad a través del imaginario judeocristiano como la idea del infierno, debido a que las coordenadas que rigen estas comunidades poseen un orden propio natural difícil de descifrar para las mentes torturadas por años de adoctrinamiento.
Otra manera de interpretar la aterradora anécdota del barco maldito, es pensar en una sociedad en la que algunas de las ratas no son caníbales y se resisten como pueden a la violenta dominación de sus comadres.
Entre Caníbales es una exposición que reúne obras de Carolina Caycedo, Noemí Pérez, Laura Huertas y María Buenaventura que comparten un interés en examinar las herramientas, consecuencias y catástrofes de procesos de colonización sobre comunidades humanas, la naturaleza y el alimento.