
Venuca Evanán es artista, activista y educadora. Es heredera de las expresiones artísticas de la comunidad Sarhua de la región de Ayacucho, en el sur de Perú. Su principal medio es la pintura con colores tierra naturales y plumas de ave, siguiendo las técnicas y materiales tradicionales utilizados en la elaboración de las Tablas Sarhua. Hija de promotores pioneros de este arte, como Primitivo Evanán y Valeriana Vivanco, su formación como artista se ha transmitido a través de generaciones anteriores.
Sin embargo, la obra de Venuca adopta una postura extraordinaria, ya que trata de mantener las tradiciones al tiempo que transgrede las estructuras culturales que han atado a las mujeres de su comunidad. A través de su obra, la artista aporta narrativas distintas a las típicamente representadas en las tablas, como fiestas y costumbres, expandiendo su narrativa a temas como las relaciones eróticas, las marchas sociales y políticas, y las condiciones de los migrantes indígenas. El humor y el contenido sexual en su práctica añaden otro nivel semántico, ya que confronta al espectador con cuestiones dadas por sentadas en la retórica histórica sobre los pueblos indígenas, donde a los sujetos se les han atribuido características infantiles, asociadas a la inocencia, facilitando así procesos de invisibilización.