Paradoxon Spirituale

A partir de la primera novela proletaria en Latinoamérica (1933) que explora la realidad de la mujer trabajadora; Oscar Murillo propone una acción performatica que cuestiona asuntos fundamentales sobre el trabajo, la feminidad y la violencia desde la colonia.

Escrita por Gabriela Galvao, activista perteneciente al movimiento Antropofágico de Brasil, Parque Industrial narra la historia de una mujer cuyo cuerpo termina siendo el territorio en el que se manifiestan violentamente distintas tensiones históricas propias de los procesos de colonización de las sociedades patriarcales y judeo
cristianas.

La lectura continua de este documento que supera su valor histórico, genera en esta exposición un espacio simbólico para que Murillo y Díaz discutan con tinte metafísico las constantes preocupaciones de sus prácticas. Wilson Díaz, cuya obra coquetea con múltiples medios y formatos, utiliza la pintoresca anécdota de una revista de tiras cómicas producida por el ejército colombiano con el objetivo de seducir jóvenes hombres para que se integraran a lasfilas. En el comic el enemigo es representado por alienígenas que invaden el territorio.

Tanto en la novela como en el comic los personajes están sujetos a un proceso de deshumanización. En el caso de Parque Industrial, el obrero -y más aún la obreragracias a sofisticados procesos de manipulación, se escinden de su esencia y se objetiviza (proceso violento en el que su cuerpo no es percibido como un espacio público), mientras que en el fanzine, al enemigo se le otorgan cualidades monstruosas que funcionan como atenuantes ideológicos que puedan llegar a disculpar su exterminio. El alienígena como perseguido político, el extranjero.

En ambos casos la dimensión remota del entorno, ya sea en la fábrica o en las zonas rurales de Colombia, permite que esos procesos permanezcan invisibles, y que por lo tanto, se conviertan en lugares permisivos a lo atroz.
Cristóbal Colon definió a las poblaciones que encontró en el Caribe como salvajes que practicaban la antropofagia y esa fantasía fue una de las representaciones culturales que sirvió como excusa para perpetrar las masacres que enmarcaron el proceso de colonización europea de América.

El sistema de clases en la novela está construido para dañar los cuerpos de la clase trabajadora y mantenerlos en su lugar para el beneficio de cuerpos burgueses y parasitario; en el caso del fanzine los cuerpos se articulan a partir de la ciencia ficción y de plano no pertenecen a este mundo.

From the first proletarian novel in Latin America (1933) that explores the reality of the worker woman, Oscar Murillo proposes a performatic action that questions issues fundamentals about work, femininity and violence across colonial to modern times. Written by Gabriela Galvao, activist belonging to the Anthropophagic movement of Brazil, Industrial Park tells the story of a woman whose body ends up being the territory in which different historical tensions of the processes of colonization in patriarchal and Judeo-Christian societies are violently manifested.

The continuous reading of this document that exceeds its historical value, generates in this exhibition a symbolic space for Murillo and Díaz to discuss with metaphysical tinges the constants concerns of their practices. Wilson Díaz, whose work flirts with multiple media and formats, uses the anecdote of a comic magazine produced by the Colombian army with the aim of seducing young men to join the ranks. In the comic, the enemy is represented by aliens invading the territory.

Both in the novel and in the comic the characters are subject to a process of dehumanization. In the case of Industrial Park, the workers -and specially the female workers- thanks to sophisticated manipulation processes, are separated from their essence and objectified (violent process in which the body is not perceived as a public space), while in the fanzine, the enemy is given monster qualities that work as ideological mitigations to excuse their extermination, the alien, politically persecuted is the stranger, the foreigner or simply the other.

In both cases, the remote dimension of the environment, either in the factory or in the rural areas of Colombia, allows those processes to remain invisible, and therefore, permissive to the atrocious. Cristóbal Colon defined the populations he found in the Caribbean as wild, as cannibals practicing anthropophagi, and this fantasy was one of the cultural representations that served as an excuse to perpetrate the massacres that framed the process of European colonization of America.

The class system in the novel is built to damage the bodies of the class worker and keep them in place for the benefit of bourgeois and parasitic bodies and, in the case of the fanzine the bodies are articulated from science fiction and they do not belong to this world.