DESHECHAS
Es el espíritu de Instituto de Visión proponer relaciones entre artistas de diferentes generaciones para trazar nuevas constelaciones que dan sentido al pasado conceptual latinoamericano. Desechas es una exposición –diálogo entre Ofelia Rodríguez y Pia Camil.
Rodríguez (1946) barranquillera, fue la primera mujer colombiana en obtener una maestría en artes en Yale University. Su obra se caracteriza por integrar elementos discursivos propios de la literatura de su región, con técnicas como el collage, bricolaje y crear un vocabulario propio cargado de símbolos recurrentes que generan una lógica bastante original con la que retrata los momentos más trascendentes de su experiencia.
Camil (1980) mexicana, representa una visión muy particular de la contemporaneidad en la medida que su trabajo se apropia de esquemas pertenecientes a terrenos que no están obligatoriamente relacionados con las artes plásticas, como el comercio informal y las economías ilegales, para generar relaciones que apuntan, en este caso específico, al lugar que ocupa el imaginario de lo doméstico en la sociedad. El material con el que Pia trabaja en las pinturas que dan título a esta muestra, son telas que han sido desechadas de las fábricas de textiles por ser el último tirón de la producción y por lo cual, muestran defectos en la impresión. Para la artista estos retazos evocan la relación de los sujetos contemporáneos con los mercados de producción en masa, pero a su vez sirven como metáforas del papel del arte dentro del mercado. Por el formato de las pinturas y los pliegues que se generan, estas obras pueden ser comprendidas a partir de su semejanza con una cama deshecha y por ende entendidas, en el terreno de la intimidad.
El tema de la identidad cultural es una de las narrativas centrales en la obra de Ofelia Rodríguez, que se caracteriza entre otras cosas, por un firme interés en revelar sus raíces tropicales, destacando los lugares comunes que esto conlleva; como el tema de lo exuberante o del colorido chillón. Otros ingredientes de su trabajo vienen de tratar asuntos sobre lo femenino de una forma aparentemente ingenua, mediante un lenguaje pop que utiliza con un alto sentido de la ironía. Ofelia es una artista enlazada por dos culturas: creció en el Caribe colombiano, pero su carrera fue evolucionando en el exterior al exiliarse voluntariamente en el Reino Unido. Se podría decir, que el viaje es un peregrinaje hacia el autoconocimiento y que el exilio, siguiendo a la teórica Linda Nochlin, es un lugar fértil para el desarrollo independiente y el crecimiento. Paradójicamente, este camino que la alejó geográficamente terminó conectándola con más intensidad a su lugar de origen. Las raíces se fortalecieron con la distancia, y el realismo mágico, que se genera en el entorno tropical colombiano, empapa su obra. Tanto El trabajo de Ofelia como el de Pia se ha preocupado por romper los moldes de discursos elitistas o patriarcales. Por ejemplo desdibujando los límites entre la alta cultura y lo popular, el concepto del buen gusto (que atormentó el arte durante parte de su historia y que, gracias a intentos desde el Kitsch, el pop, el surrealismo está siendo derrotado) o las manifestaciones folclóricas urbanas.
Pia Camil, para esta exposición sigue el rastro de las distintas formas en que la tela ha sido explorada y retratada en la historia de la pintura clásica en occidente. A través de la observación de pinturas emblemáticas de diversos momentos de la historia, selecciona algunas de las posiciones en que la tela ha disculpado el apetito de virtuosismo del artista permitiendo evidenciar su maestría en cuanto conceptos básicos de la pintura clásica como profundidad, forma, pliegue, sombra o textura. Sin embargo, su intención no es puramente formal; para Camil es interesante entender la tela dentro del espacio doméstico y su relación con lo femenino. Pia reflexiona sobre el uso de la tela como superficie pictórica y paralelamente, su participación en el espacio de lo ordinario entendido formal y simbólicamente.
Las obras de Ofelia incluidas en la muestra parecen gritar desenfadadamente un manifiesto cínico, pero a la vez orgulloso: «Vengo del paraíso, de la tierra de la pasión y el realismo mágico». La ironía reside en que, sin duda, ha existido una mirada exotizante en los relatos eurocentristas que se hacen de Colombia. No obstante, Rodríguez exalta con orgullo el bagaje cultural del país, rompiendo los límites jerarquizantes de la cultura. En sus obras incluye publicidad de cerveza, animales de juguete, telas tradicionales,mezcladas con una pintura que encuentra su equilibrio en colores planos y formas básicas que evocan a José Leonilson, un importante artista brasile que en los años ochenta promovió el retorno del arte a la pintura.
Deshechas es un ejercicio curatorial entre María Wills y Beatriz López quienes se ocupan de los dos programas paralelos de la galería. María, ha investigado la obra de Ofelia dentro del programa Visionarios y Beatriz trabaja a manera de laboratorio con los artistas que producen en la actualidad.
Rodríguez (Barranquilla, 1946) was the first Colombian woman to obtain a Masters in Arts at Yale University. Her work is characterized by integrating discursive elements typical of the literature of her region, with techniques such as collage or assemblage to create her own vocabulary whose recurring symbols generate a rather original logic with which she portrays the most transcendent moments of her experience.
Camil (Mexico, 1980) represents a very particular vision of contemporaneity as her work appropriates schemes from realms that are not necessarily related to fine arts, such as informal commerce or illegal economies in order to generate relations that point, in this specific case, to the place occupied by the imaginary of the domestic in society.
The material with which Pia works in the paintings that give title to this exhibition are fabrics that have been discarded from textiles factories for being the last bit of the production; therefore they show
printing errors. For the artist, these pieces evoke the relationship of contemporary subjects with mass production markets; moreover they serve as metaphors of the role of art within the market. By the format of the paintings and the folds that are generated, these works can be read from their resemblance to an undone bed and therefore understood from the field of intimacy.
Cultural identity is one of the central themes in the narrative of Ofelia Rodríguez’ practice characterized, among other things, by a strong interest in revealing her tropical roots and highlighting the common places that this entails, as the theme of exuberance or gaudy colours. Other ingredients of her work come from dealing with issues about the feminine in a seemingly naïve way, using a pop language with a high sense of irony.
Ofelia is an artist moving between two cultures: growing up in the Colombian Caribbean, her career evolved abroad as she voluntarily exiled to the United Kingdom. It could be said that a journey is a pilgrimage towards self-knowledge and that exile, following Linda Nochlin’s theory, is a fertile place for independent development and growth. Paradoxically, this path that drove her away geographically ended up connecting her more strongly to her place of origin. Her roots were strengthened by distance, and magical realism generated in a tropical Colombian environment imbued her work.
Both Ofelia's and Pia's practice have been concerned with breaking the moulds of elitist or patriarchal discourses, blurring for example the boundaries between high and popular culture, between the concept of good taste (which tormented art during part of its history and which, thanks to the attempts of Kitsch, pop and Surrealism, has being defeated) and demonstrations urban folklore.
For this exhibition, Pia Camil follows the evolution of the different ways in which fabric has been explored and portrayed in the history of classical painting in the West. Through the observation of emblematic paintings of various historical periods, she selects some of the moments in which fabric has nurture artists's appetite for virtuosity, allowing to show their mastery in the basic concepts of classical painting such as depth, shape, crease, shadow or texture.
However, her intention is not purely formal; for Camil it is interesting to understand fabric within the domestic space and to explore its relation to the feminine. Pia reflects on the use of fabric as a pictorial surface and in parallel, on its participation in the realm of the ordinary understood both formal and symbolically.
Ophelia's works included in the exhibition seem to cry out a cynical, but at the same time proud manifesto: "I come from paradise, from the land of passion and magical realism." The irony is that, without a doubt, there has been an exotizing look in Eurocentric accounts of Colombia. Nevertheless, Rodríguez proudly exalts the cultural baggage of the country, breaking the hierarchical limits of culture. In her works beer advertising, toy animals, traditional fabrics are inserted on a painting that finds its balance in flat colours and basic shapes that evoke Jose Leonilson, a important Brazilian artist who in the eighties promoted the return of art in painting.
Deshechas is a curatorial exercise between Maria Wills, who investigated the work of Ofelia within the program Visionarios and Beatriz who works in the manner of a laboratory with artists producing today.