Art Río 2014
La reacción de la mezcla del cemento con el agua y su posterior endurecimiento es un evento que podemos experimentar sin perder nuestra capacidad de asombro. Este evento, cotidiano dentro de la construcción de las ciudades y fundamental en el acelerado proceso de transformación del territorio en paisaje “civilizado”, nos conecta con una dimensión mágica del mundo, con la posibilidad metamórfica de los materiales y con un momento alquímico en donde el polvo se convierte en gel y el gel en piedra. Este momento mágico, duradero por algunas horas y definitivo en algunos días, es irreversible en términos químicos, es decir, una vez las moléculas de la mezcla se endurecen no volverán a ser ni arcilla, ni cal, ni piedra orgánica. La explicación que nos ofrece la química moderna para este proceso de transmutación, se fundamenta en varios procesos de abstracción: primero de átomos y moléculas representados por letras y después por operaciones de transformación de esos signos. Intentar entender el funcionamiento de la materia dentro de este ensamblaje de piezas lingüísticas sintéticas implica un alto nivel de alejamiento del proceso plástico y temporal del cemento y por consiguiente del desplazamiento de la magia por la lógica. La Fórmula del cemento , parte de los elementos básicos de la descripción química del cemento Pórtland: Silicio, Calcio, Aluminio, Hierro, Oxígeno, Hidrógeno para proponer una especie de juego que permite visualizar esta operación de abstracción y distancia entre un proceso plástico y su configuración lógica. El juego, al mismo tiempo ingenuo y pedagógico, permite producir múltiples configuraciones posibles a partir de piezas/letras fundidas en cemento: Si, Ca, Al, Fe, H, O. Bajo este principio lúdico, se propone un nuevo nivel de poesía concreta, en donde signo (letra) y significante (átomo) interrumpen su sentido de representación, al tiempo que la materia y su escritura química se equiparan en una misma construcción.