Monstera Deliciosa

Monstera Deliciosa es una exposición que presenta el trabajo de Otto Berchem, abarcando desde algunas de sus primeras obras hasta sus proyectos más recientes. A través de diversos medios, como la pintura, la fotografía, la instalación y el video, esta exposición explora temas recurrentes en su obra: códigos, símbolos, relaciones humanas, paisaje e historia del arte.

El título de la exposición, Monstera Deliciosa, es el nombre científico de una planta común en los países tropicales, también conocida por varios apodos. Para Berchem, ésta planta ejemplifica cómo el contexto puede transformar el lenguaje, añadiendo capas de significado basadas en las experiencias de quienes lo habitan. En Colombia, un país con una historia marcada por la violencia sistémica, la Monstera Deliciosa se llama “balazos” debido a los agujeros en sus hojas, que recuerdan los impactos de balas y evocan imágenes de tiroteos.

Este fenómeno lingüístico, en el que un objeto o planta adquiere un nombre con resonancia social o histórica, revela cómo el lenguaje refleja poderosamente las experiencias compartidas de una comunidad. Mientras que en otros lugares la Monstera Deliciosa es conocida por nombres neutrales o descriptivos, como “planta de queso suizo” u “ojales” debido a su apariencia, en Colombia adquiere un nombre más oscuro y evocador: balazos.

Los nombres que damos a las cosas rara vez son neutrales; a menudo transmiten narrativas y experiencias colectivas. Esto invita a reflexionar sobre cómo, incluso los objetos más ordinarios, pueden adquirir una profundidad simbólica que cambia radicalmente según el contexto. Por ejemplo, en su serie Tropical Buren, Berchem resalta dos tradiciones con enfoques teóricos opuestos. Por un lado, implica una obsesión por catalogar y renombrar la naturaleza latinoamericana, en eco del legado colonial de la Expedición Botánica; por el otro, se centra en la erradicación de la representación, un objetivo del arte estadounidense de posguerra.

El trabajo de Berchem explora con frecuencia temas de comunicación, sistemas de información y la compleja interacción entre naturaleza e historia del arte. Un aspecto distintivo de su práctica es su interés en los códigos visuales, lingüísticos y simbólicos como métodos para codificar el significado, reflejando un interés más amplio en cómo se transmite, interpreta y, en ocasiones, se pierde la información en la traducción.

Habiendo vivido en contextos geográficos y culturales diversos, desde los Países Bajos en Europa hasta los Andes de Sudamérica, las experiencias de Berchem han transformado su comprensión de los marcos hegemónicos occidentales. Su obra refleja cómo diferentes realidades socioculturales influyen en nuestras percepciones de los sistemas de codificación, el significado y la emoción.