Basurero Útopico

«Lo que hoy es llamado un objeto de arte es un entendimiento degradado de un objeto mágico»
Claes Oldemburg

 

El programa Visionarios del Instituto de visión inicia su historia con un homenaje a las mujeres en el arte con una selección de obra retrospectiva de Alicia Barney (Cali, 1952). Esta pionera de las artes visuales en Colombia dio en la década de los setentas un paso hacia prácticas poco exploradas en Colombia como el arte de la tierra o arte ecológico.

La obra de Barney es profundamente ritual y a su vez, hace gritos agresivos pero mudos de protesta, es sutil en la medida que su poética, aunque dura y cínica, es intima, femenina y muy sosegada. Su práctica es silenciosa porque el arte, por más intentos y esfuerzos utópicos, no ha logrado cambiar la sociedad. Esta tensión subyace en las obras de Barney, quien desde muy joven empezó a perder la fe en la sociedad contemporánea.

Desde su inicio en la década de los 70, su trabajo evidencia un interés por obras trascendentales, casi metafísicas en las cuales se cuestionan problemáticas esenciales de la sociedad como la destrucción del entorno y la naturaleza, la sobrepoblación y el hambre. Pero más allá del discurso crítico hacia la política y el consumo agresivo que estaba muy vigente entre la juventud de la época, las piezas de Barney revelaban un carácter singular.

Manteniendo una posición crítica y atrevida, Barney genera su obra por medio de rituales y procesos creativos que parten de un horizonte espiritual e intuitivo que le permiten conexiones místicas con el arte. Sus trabajos sobre los impactos de la industria en la naturaleza fueron precursores en el país, no solo en términos artísticos, si no también ambientales. Se ha hablado de su obra como biovanguardia. Trabajos como Río Cauca (1981-82), en la que se recolectó agua en diversos puntos del río con el fin de evidenciar el grado de contaminación, son una sublime pieza artística y a la vez un documento científico de denuncia política.

Otro campo de estudio de Barney es el paso del tiempo y la cotidianidad. Desde muy joven tuvo interés en los calendarios mayas y varias de sus piezas resaltan la periodicidad. Diarios objetos (1977 y 1979) son obras basadas en recorridos por calles o montañas en los que la artista recoge hojas, cosas y desechos que son fragmentos de lo cotidiano y con las cuales mapea su propia existencia.

Estratificación de un basurero utópico (1985), es una pieza que parte de principios estéticos del minimalismo, en el sentido de la repetición de un mismo elemento geométrico. Sin embargo, esa estética purista de este movimiento artístico es pervertida por un sentido social y político. Diez tubos de acrílico fueron llenados con elementos propios de una estratificación geológica y en la parte superior se rellenó con basura, carbón vegetal y arena. Esta manera de sellar la basura permite su descomposición y así en 5 años la tierra puede ser reutilizada.

Aunque fue tildada de excéntrica por utilizar conceptos como Biodegradable, Barney ha mantenido una postura militante en cuanto a la relación entre el arte y la naturaleza.

María Wills Londoño, Directora de Investigación, Instituto de Visión

“What today is called a work of art is a degraded understanding of a magical object"
Claes Oldemburg


The program Visionaries of the Instituto de Vision starts its history with a tribute to women in art, with a selection of a retrospective work of Alicia Barney (Cali, 1952). This pioneer of the visual arts in Colombia gave in the seventies a great step towards unexplored practices in Colombia, such as land art or ecologic art.

Barney's work is profoundly ritual and, in turn, makes aggressive but silent screams of protest; it is subtle to the extent that her poetry, though tough and cynical, is intimate, feminine and calm. Her practice is silent because art, despite utopian attempts and efforts, has failed to change society. This tension lies beneath Barney’s work that started young to lose faith in the contemporary society.

Ever since she started in the seventies, her work shows and interest for significant works, almost metaphysical, in which essential problems of the society are questioned, such as destruction of the surroundings and nature, overpopulation and hunger. But, beyond the critical discourse against politics and aggressive consumption, which was prevailing among the youngsters at the time, Barney’s pieces revealed a unique character.

Maintaining a critical and daring position, Barney generates her work through rituals and creative processes that depart from a spiritual and intuitive horizon and enable mystical connections with the art. Her works about the impacts of industry on nature were precursor in the country, not only in artistic terms, but in environmental ones. Her work has been named as bio-avant-garde. Río Cauca (Cauca River) (1981-82) —in which water was collected in different points of the river in order to show the degree of contamination— is for instance a sublime artistic piece as well as a scientific document of political complaint.

Another study field for Barney is passage of time and daily life. From a very early age she had interest in the Incan calendars and many of her pieces such as the iconic Yumbo (1980) emphasize periodicity. Her Diary objects (1977 y 1979) are works based on tours around streets or mountains in which the artist picks up leaves, objects and waste material, which are fragments of the everyday life and with which she maps her own existence.

Stratification of an Utopian Dump (1985) is a piece that emerges from the esthetic principles of minimalism, in the sense of the repetition of the same geometric element. However, this purist aesthetic of this artistic movement is perverted by a social and political sense. Ten acrylic tubes were filled with elements of a geological stratification, and the top was filled with garbage, charcoal and sand. This way of sealing garbage allows its decomposition and in 5 years the land can be reused.

Even though she was described as eccentric for using concepts such as Biodegradable, Barney has maintained an active stance regarding the relation between art and nature.

María Wills Londoño