Nicolás Consuegra

17 de enero de 2017

Lo que en parte hace el Instituto de Visión tan distintivo es su programa de «Visionarios». Exhibiciones individuales en las galerías principales son usualmente yuxtapuestas con selecciones de excelentes, y poco conocidas, obras de arte desde 1970 y principios de los 80’s, resultando en un acogedor diálogo entre generaciones (…). Ambos programas de «visionarios» contribuyen al contexto de arte histórico del prominente trabajo de Consuegra el cual, aunque no políticamente expuesto, manifiesta consistentes tensiones -entre familiaridad y rareza, estabilidad y precariedad- que se siente basada en la historia colombiana en el momento en el que el país está luchando para superar décadas de violencia y trastorno.

Part of what makes the Instituto de Visión so distinctive is its “Visionaries” program. Solo exhibitions in the main galleries are often juxtaposed with selections of excellent, if under-known, Latin American artworks from the 1970s and early ’80s, resulting in a welcome cross-generational dialogue (...). Both of these “visionaries” provided an art historical context for Consuegra’s compelling works, which, while not overtly political, manifest consistent tensions—between familiarity and strangeness, stability and precariousness—that feel grounded in Colombian history at a time when the country is struggling to surmount decades of violence and upheaval.